La captura de la maestra facilitó los cambios en las leyes, pero también dio margen para la irrupción de una CNTE beligerante, consideran expertos.
En febrero de 2013, las autoridades de la PGR documentaron las triangulaciones que realizaron Elba Esther Gordillo y sus cómplices para desviar recursos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Se promulgó la Reforma Educativa. La CNTE ocupó el Zócalo de la Ciudad de México. Se aprobaron las leyes secundarias. Desalojaron a los maestros disidentes y se plantaron en el Monumento a la Revolución. El INEE se hizo autónomo. Se canceló la prueba ENLACE. México retrocedió en la prueba PISA. El SNTE cumplió 70 años. Su nuevo líder se dice aliado del presidente Peña…
Todo esto ocurrió en los últimos 365 días, los mismos que la expresidenta del SNTE ha pasado en la cárcel sin que ninguno de los dirigentes del gremio magisterial haya acudido a visitarla.
Hace justo un año Elba Esther Gordillo Morales fue detenida en el aeropuerto de Toluca, Estado de México. Pero desde aquel 26 de febrero de 2013, el Comité Ejecutivo Nacional del SNTE enterró a quien fuera su lideresa por casi 25 años.
Especialistas en educación, como el académico de la UAM, Carlos Ornelas, y el director ejecutivo de la asociación Mexicanos Primero, David Calderón, coincidieron en que, a un año del encarcelamiento de Gordillo, las acciones emprendidas por la SEP se han visto libradas de los obstáculos que habría significado la presencia de la anterior presidenta de la organización gremial.
A diferencia de Elba Esther, señaló Ornelas, el actual líder nacional del SNTE, Juan Díaz de la Torre, se declaró un aliado del Ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto, obligado por las circunstancias que antecedieron a su nombramiento; de lo contrario, el gobierno federal también le habría buscado delitos para sacarlo del camino.
Por ello, añadió el profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana, es entendible que ningún líder del SNTE o integrante de la dirigencia nacional haya pisado la cárcel de Tepepan para visitar a quien durante 24 años fue su presidenta.
La indiferencia hacia ella ha imperado luego de un año de su detención acusada de lavado de dinero y delincuencia organizada y no es para menos, pues la dirigencia nacional del SNTE ha cumplido con la orden del gobierno federal y, por tanto, tuvieron que desligarse de quien se opuso abiertamente a la Reforma Educativa.
Ante la pregunta de qué ha pasado en un año en que Elba Esther salió del sindicato, Ornelas y Calderón aseveraron que el líder nacional ha acatado las órdenes del gobierno federal y se desligó de Gordillo por completo.
En este primer año de su ausencia, consideraron que ha habido pros y contras, porque con su encierro se pudieron lograr avances en la Reforma Educativa, porque el gremio dejó de tomar decisiones en la materia, pero al mismo tiempo, su ausencia despertó a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), quien desde la trinchera de las marchas, paros y plantones ha intentado detener, sin éxito, la Reforma Educativa.
“Con la ausencia de la profesora Gordillo, también afloró con más virulencia la presencia de la Coordinadora. Siempre fue una constante, pero su visibilidad era bastante menor en el pasado, y ante la ausencia de Gordillo salieron a relucir sus demandas y se volvieron más visibles”, destacó el director de Mexicanos Primero.
Lo cierto es que su encierro sirvió para que el gobierno pudiera avanzar en las modificaciones al Artículo Tercero de la Constitución; de lo contrario, apuntan Ornelas y Calderón, habría sido más difícil alinear a los gobiernos estatales.
“Para el gobierno apresar a Gordillo fue un golpe maestro. Se hizo con pulcritud jurídica, había muchos elementos para retenerla y con ese sólo hecho disciplinó a la parte mayoritaria del sindicato. Pero al hacer esto, le dejó el terreno libre a la CNTE para manifestar la oposición a la reforma con medias verdades”, subrayó Carlos Ornelas.
Ante la ausencia “política” de Gordillo, el académico de la UAM señaló que la disidencia salió a protestar, lo cual empañó al primer año de gobierno, pero sin duda alguna en los 365 días transcurridos desde su detención “ha habido cambios institucionales. Las reglas del juego político ya cambiaron, el golpe maestro fue encerrar a la señora y eso facilitó las demás acciones”, consideró.
Al respecto, Calderón apuntó que el encarcelamiento de la ex presidenta del SNTE ha permitido que quede un margen para recuperar la rectoría de la educación porque era una figura que aglutinaba intereses y que el régimen anterior le había concedido tener decisiones “y eso ha cambiado”.
Sin ella, añadió el especialista en temas educativos, se concretó evaluar la permanencia de los maestros, así como la promoción, porque Elba Esther siempre se opuso a otorgar ascensos a través de la evaluación y en ese sentido fue “una derrota histórica de la profesora Gordillo, aunque podemos ver algunos elementos que se deben a su decisión y siguen vigentes como los comisionados sindicales”, resaltó.
En conclusión, tanto Ornelas como Calderón apuntaron que a un año sin Elba Esther, ha habido un cambio institucional y se cambiaron las reglas del juego, pero aunque ella esté en prisión, “está presente su herencia, porque los comisionados sindicales siguen operando y estorbando muchas de las decisiones de la ley”, acotó Calderón.
“Hay una recentralización del poder político en el sistema educativo mexicano. La SEP no ha retomado la rectoría, pero se encamina a ello”, apuntó Ornelas, pero es necesario presionar a la SEP para que “no afloje el paso y para que se radicalice y las cosas lleguen a su meta”.
Si bien el gobierno federal quiere consolidar lo que ha logrado en tan sólo un año, lo cierto es que para que la reforma llegue al aula falta mucho tiempo, ya que la calidad de la educación no se logra con meter a prisión a una lideresa corrupta, porque ese objetivo reclama mucho tiempo.
Considero que el artículo que estas presentando tiene mucho de interés sobre todo en el ambito político-educativo
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