Una persona creativa
es
flexible, le gusta jugar con ideas
está dispuesta a cambiar de opinión
y
siempre busca nuevas soluciones.
La preocupación por
el desarrollo de la creatividad es explicable en una sociedad donde la nota
predominante es el cambio que plantea importantes retos a la educación para
incrementar la habilidad de aprender y adaptarse de manera creativa,
constructiva, oportuna a ellos.
El desarrollo de la
creatividad constituye una meta prioritaria de la educación. Para lograrla, se
requiere que el docente sistematice el desarrollo creativo propio y de sus
alumnos, se comprometa a profundizar en la práctica, la investigación y la
creación de nuevas herramientas, conozca y comprenda los mecanismos, se
familiarice con los métodos, estrategias diseñadas y genere formas propias para
estimularla.
Este artículo tiene
como objetivo analizar los elementos conceptuales y prácticos de la creatividad
como posibilitadora de aprendizaje divergente, creativo, meta del proceso
docente.
Existen razones por las que
el estudio de la inteligencia y la creatividad debe constituir un referente
necesario para los educadores:
En la práctica son
muchos los obstáculos que enfrenta la persona creativa y la organización
escolar utiliza una serie de mecanismos que inhiben el desarrollo de la
creatividad como:
- La prohibición de
hacer preguntas y tener opiniones divergentes. La tendencia natural del hombre
a interesarse en el porqué y el cómo de las cosas, bien orientada, es una
manera de desarrollar la curiosidad científica. No se valora la inteligencia
que despliegan los estudiantes que preguntan, cuestionan, juegan y repiten las
preguntas, frecuentemente se les da respuestas inadecuadas o no se les
contesta, frustrando así su curiosidad e imaginación...
- La presión al
conformismo. Esta actitud tiene mucho que ver con los perjuicios frente al
comportamiento creativo al que se equipara con anormalidad y deseo de llamar la
atención. La historia de la humanidad depara ejemplos acerca del injusto
tratamiento dado a los pensadores creativos quienes muchas veces pagaron con su
vida la osadía de pensar diferente al común de la época.
- La educación
continúa centrada en la actividad del maestro más que en la del estudiante.
- La actitud
auditora del adulto, crea un ambiente contrario al que necesita la creatividad
para manifestarse que debe ser de aceptación, respeto, tolerancia a los ensayos
y errores, no evaluativo, pues inhibe la producción de las ideas y la búsqueda
de alternativas divergentes.
- El uso de expresiones
cotidianas para responder a las iniciativas de los demás tales como: Sí,
pero... Ya intentamos eso antes. Así es, Vamos a mantenernos fieles a lo que
funciona... Son identificadas por Goronov (1999) como cortantes de la
creatividad.
Estos mecanismos
inhibidores deben ser superados con decisión, a la luz de unas teorías del
aprendizaje: activista, constructivista, significativo, en las que el
estudiante es el centro del proceso pedagógico y su actividad creativa
garantiza sus niveles de apropiación, construcción y transformación del
conocimiento.
La educación en
todos los niveles, enfrenta el reto de preparar a la persona para sentar las
bases de la formación del espíritu científico, forjar habilidades
investigativas fundamentales y responder así a los acelerados avances de la
ciencia y la tecnología. Desde la primaria; cuando el niño todavía no alcanza a
funcionar en el terreno de las abstracciones, logra muchos desarrollos en su
actitud sobre el aprendizaje, el conocimiento, la verdad, alentando su
curiosidad, el afán de experimentar, la actividad y el interés lúdico; pasando
por el adolescente que accede al pensamiento formal y puede hacer
construcciones ideológicas, hasta la formación de adultos con madurez y
capacidad de pensamiento dialéctico que comprenden múltiples y complejas
relaciones.
Es trascendental
para el desarrollo intelectual de los protagonistas del proceso docente,
complementar la formación que privilegia el pensamiento convergente con la que
impulse el pensamiento divergente, indispensable en el proceso de la
creatividad, con la utilización de procedimientos pedagógicos como las
metáforas, la fantasía y métodos didácticos que motiven y dinamicen la acción
creativa promoviendo el desarrollo personal, científico, tecnológico y cultural.
Se hace urgente
convertir los procesos de docencia-aprendizaje en sistemas creativos que
transformen la práctica docente, tornándola más interesante, dinámica y útil.
La docencia debe generar, fomentar, desarrollar y cimentar una lógica de
pensamiento creativo como una estrategia necesaria que haga parte del trabajo
cotidiano de los estudiantes que apliquen no sólo en el ámbito académico sino
también en diversos escenarios para realizar una intervención renovadora y
exitosa.
En la actualidad, ya no es solo el llevar el aprendizaje en un método tradicional, sino que hay que hacerlo de una manera más coherente, aplicar la tecnología educativa para que se haga más atractivo e interesante
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