miércoles, 5 de marzo de 2014

CONCEPTOS Y FORMAS DE RAZONAMIENTO.


 Como se sabe hoy en día existen factores que aguda en la  realización de un exitoso trabajo, realizado por el profesor, pero existen también factores negativos los cuales lejos de ayudar estropean el avance de los temas a realizar y por aprender.



 El adolescente, a diferencia del alumno de menos edad, será capaz de considerar no sólo la relación de cada causa con el efecto sino también todas las combinaciones posibles entre las causas. El carácter proposicional: al razonar no tanto sobre los hechos reales como sobre los posibles (una parte de los cuales ha sucedido realmente9 el adolescente está trabajando intelectualmente no sólo con objetos reales, sino con representaciones proposicionales de los objetos.
El vehículo para esas representaciones suele ser el lenguaje, que de esta forma desempeña una labor de importancia creciente en el pensamiento formal. De hecho, para resolver un problema, el adolescente no tendrá en realidad que hacer efectivamente todas las acciones posibles, sino que podrá sustituir algunas por conclusiones de razonamientos expresados verbalmente.
Inhelder y Piaget identifican ocho esquemas operacionales formales que corresponderían a esos conceptos y formas de razonamiento. Entre esos esquemas se hallan la combinatoria, las proporciones, las compensaciones multiplicativas, el equilibrio mecánico o las correlaciones. No es difícil darse cuenta de la importancia de estos y otros esquemas formales para la correcta resolución de muchas tareas escolares. De hecho, puede decirse que la mayor parte de los contenidos de la ciencia, ya sea natural o social, no pueden entenderse sin un pensamiento que posee las características del pensamiento formal. Pero, además de establecer estas características generales del pensamiento formal, la posición piagetiana clásica hace otras afirmaciones de naturaleza general con respecto al desarrollo de ese pensamiento formal, que expresa que los adolescentes poseen un pensamiento cualitativamente distinto del de los niños de menor edad, pero igual en todos sus rasgos al pensamiento adulto. De hecho, las operaciones formales constituyen el último estudio en el desarrollo intelectual.
El pensamiento formal es uniforme y homogéneo, esto es, constituye todo él un sistema de conjunto, por el que el adolescente accede de modo simultáneo a los diversos esquemas operacionales formales. El pensamiento formal, dado su carácter proposicional, atiende a la estructura de las relaciones presentes en los objetos y no a su contenido.
De esta forma, no se verá afectado por el contenido de las tareas, sino solo por la complejidad de sus relaciones lógicas. Así, dos tareas con la misma estructura lógica pero distinto contenido tendrán siempre la misma dificultad. Obviamente, un modelo con estas características y estos supuestos tiene implicaciones ya muy claras para la práctica educativa con adolescentes.
Dado que el pensamiento formal es un todo homogéneo que transciende los dominios de conocimiento en la tarea del docente, sea cual sea su disciplina, debería ser, según este planteamiento, la de ayudar a que ese pensamiento alcance un desarrollo pleno. Este pensamiento se desarrollará de un modo universal y casi espontáneo entre los adolescentes. De esta concepción se deriva un enfoque educativo que pone el énfasis en la adquisición de métodos de trabajo y concede escasa importancia a los contenidos escolares en sí mismos.
Describiré las características del pensamiento formal en el siguiente cuadro



INFANCIA
ADOLESCENCIA


I) Lo real y lo posible
Los niños están limitados a pensar sobre lo que es.
Abordan un problema fijándose
en la realidad perceptible e incluso inferible, que esta delante de él, pero sin abandonar los limites de la realidad perceptible.
Los niños parten de la realidad,
y sólo en raras excepciones utilizan la posibilidad como herramienta para solucionar un problema.
La posibilidad se subordina a la realidad.
Los adolescentes pueden pensar
en hechos que no han ocurrido nunca.
Pueden partir de la y a través de ella, llegar a la realidad como una más de las posibilidades.
Pueden abordar los problemas
analizando sistemáticamente todas las posibles soluciones
Consideran la realidad como una parte especifica del mundo de las posibilidades.
La realidad se subordina a la
posibilidad.

II) El pensamiento
hipotético-deductivo

Ante una tarea experimental
de verificar hipótesis, los niños no contemplan otras alternativas
que las suyas.
Muestran, por lo tanto, una inclinación hacia la confirmación que les lleva inconscientemente a distorsionar los datos para que se ajusten a sus teorías.
Diseñan experimentos al azar, sin comprobar las variables.
Pueden aplicar el método cien -tífico: formulan hipótesis, diseñan
experimentos validos para contrastarlas, y refutan lógica –mente sus propias hipótesis a
partir de los resultados.
Pueden utilizar la combinatoria
para ser sistemáticos.
Pueden controlar variables para el diseño de experimentos validos.


III)El análisis El adolescente, a diferencia del alumno de menos edad, será capaz de considerar no sólo la relación de cada causa con el efecto sino también todas las combinaciones posibles entre las causas. El carácter proposicional: al razonar no tanto sobre los hechos reales como sobre los posibles (una parte de los cuales ha sucedido realmente9 el adolescente está trabajando intelectualmente no sólo con objetos reales, sino con representaciones proposicionales de los objetos.
El vehículo para esas representaciones suele ser el lenguaje, que de esta forma desempeña una labor de importancia creciente en el pensamiento formal. De hecho, para resolver un problema, el adolescente no tendrá en realidad que hacer efectivamente todas las acciones posibles, sino que podrá sustituir algunas por conclusiones de razonamientos expresados verbalmente.
Inhelder y Piaget identifican ocho esquemas operacionales formales que corresponderían a esos conceptos y formas de razonamiento. Entre esos esquemas se hallan la combinatoria, las proporciones, las compensaciones multiplicativas, el equilibrio mecánico o las correlaciones. No es difícil darse cuenta de la importancia de estos y otros esquemas formales para la correcta resolución de muchas tareas escolares. De hecho, puede decirse que la mayor parte de los contenidos de la ciencia, ya sea natural o social, no pueden entenderse sin un pensamiento que posee las características del pensamiento formal. Pero, además de establecer estas características generales del pensamiento formal, la posición piagetiana clásica hace otras afirmaciones de naturaleza general con respecto al desarrollo de ese pensamiento formal, que expresa que los adolescentes poseen un pensamiento cualitativamente distinto del de los niños de menor edad, pero igual en todos sus rasgos al pensamiento adulto. De hecho, las operaciones formales constituyen el último estudio en el desarrollo intelectual.
El pensamiento formal es uniforme y homogéneo, esto es, constituye todo él un sistema de conjunto, por el que el adolescente accede de modo simultáneo a los diversos esquemas operacionales formales. El pensamiento formal, dado su carácter proposicional, atiende a la estructura de las relaciones presentes en los objetos y no a su contenido.
De esta forma, no se verá afectado por el contenido de las tareas, sino solo por la complejidad de sus relaciones lógicas. Así, dos tareas con la misma estructura lógica pero distinto contenido tendrán siempre la misma dificultad. Obviamente, un modelo con estas características y estos supuestos tiene implicaciones ya muy claras para la práctica educativa con adolescentes.
Dado que el pensamiento formal es un todo homogéneo que transciende los dominios de conocimiento en la tarea del docente, sea cual sea su disciplina, debería ser, según este planteamiento, la de ayudar a que ese pensamiento alcance un desarrollo pleno. Este pensamiento se desarrollará de un modo universal y casi espontáneo entre los adolescentes. De esta concepción se deriva un enfoque educativo que pone el énfasis en la adquisición de métodos de trabajo y concede escasa importancia a los contenidos escolares en sí mismos.
Describiré las características del pensamiento formal en el siguiente cuadro



INFANCIA
ADOLESCENCIA


I) Lo real y lo posible
Los niños están limitados a pensar sobre lo que es.
Abordan un problema fijándose
en la realidad perceptible e incluso inferible, que esta delante de él, pero sin abandonar los limites de la realidad perceptible.
Los niños parten de la realidad,
y sólo en raras excepciones utilizan la posibilidad como herramienta para solucionar un problema.
La posibilidad se subordina a la realidad.
Los adolescentes pueden pensar
en hechos que no han ocurrido nunca.
Pueden partir de la y a través de ella, llegar a la realidad como una más de las posibilidades.
Pueden abordar los problemas
analizando sistemáticamente todas las posibles soluciones
Consideran la realidad como una parte especifica del mundo de las posibilidades.
La realidad se subordina a la
posibilidad.

II) El pensamiento
hipotético-deductivo

Ante una tarea experimental
de verificar hipótesis, los niños no contemplan otras alternativas
que las suyas.
Muestran, por lo tanto, una inclinación hacia la confirmación que les lleva inconscientemente a distorsionar los datos para que se ajusten a sus teorías.
Diseñan experimentos al azar, sin comprobar las variables.
Pueden aplicar el método cien -tífico: formulan hipótesis, diseñan
experimentos validos para contrastarlas, y refutan lógica –mente sus propias hipótesis a
partir de los resultados.
Pueden utilizar la combinatoria
para ser sistemáticos.
Pueden controlar variables para el diseño de experimentos validos.


III)El análisis interproposicional

Los niños antes de la adolescencia
pueden llegar a analizar lógicamente proposiciones de forma aislada; sin embargo, se encuentran con la dificultad de conectar lógicamente varias proposiciones a la vez.
Se fijan solo en la relación factual entre una proposición y la realidad empírica a la que esa proposición se refiere.
Es un pensamiento concreto

Pueden razonar sobre las rela- ciones lógicas que se establecen
entre varias proposiciones.
Pueden razonar de modo que una proposición implica lógicamente otra, estableciendo así la relación entre un par de enunciados.
Es un pensamiento abstracto.





Los niños antes de la adolescencia
pueden llegar a analizar lógicamente proposiciones de forma aislada; sin embargo, se encuentran con la dificultad de conectar lógicamente varias proposiciones a la vez.
Se fijan solo en la relación actual entre una proposición y la realidad empírica a la que esa proposición se refiere.
Es un pensamiento concreto

Pueden razonar sobre las rela-ciones  lógicas que se establecen
entre varias proposiciones.
Pueden razonar de modo que una proposición implica lógicamente otra, estableciendo así la relación entre un par de enunciados.
Es un pensamiento abstracto.



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