“El
puño invisible”, cómo el arte cambia al mundo
El
siglo XX es, quizá, tan basto en arte y cultura como ningún otro, las
vanguardias nacieron y murieron, el arte se transformó para cambiar
radicalmente el significado de la obra de arte, el discurso superó a la técnica
y el significado de artista tomó un rumbo totalmente diferente. El libro de
Carlos Granés, El puño invisible. Arte, revolución y un siglo de cambios
culturales es una guía para entender cien años en los que el arte influyó de
manera directa e indirecta guerras, protestas y prácticamente se transformó
junto con el siglo que pasó.
El puño
invisible
Cuando
el Futurismo comenzaba en Italia, la sociedad europea se encontraba a punto de
entrar en la Primera Guerra Mundial, cuando ésta terminó y se demostró que la
máquina, la velocidad y la guerra no hacían más que dañar al mundo de una
manera nunca antes vista, los dadaístas y surrealistas se refugiaron en los
sueños, en el sin razón y la locura para olvidar tan trágico evento e
intentaron llevar al mundo la buena nueva de su descubrimiento; así, de una
forma casi religiosa, estas vanguardias decían haber encontrado la solución a
los problemas de la humanidad.
El puño
invisible, publicado en 2011 por la editorial Taurus, muestra la romántica idea
que aún permea entre los artistas: cambiar el mundo a través del arte. Esta
idea no sólo fue parte esencial de todo movimiento vanguardista de principios
del siglo pasado, también fue trágicamente olvidada poco tiempo después. Si
bien el arte intentaba abrir la mente de la gente, cambiar las cosas para siempre
o demostrar la importancia sociocultural del arte, se vio sobrepasada por los
conflictos políticos y sociales que sucedían paralelamente. Pero es justo esta
derrota la que da una parte de nombre al libro. El arte, si bien no logró
cambiar al mundo de manera radical, sirvió como un fantasma, un puño invisible
que dejó huella en la sociedad, un eco que retumba desde las nuevas formas de
arte, la literatura, la publicidad y más, hasta las manifestaciones sociales.
Ante una sociedad cuyo mayor estímulo es el visual, los vanguardistas no
pasaron desapercibidos por quienes hoy explotan el discurso visual para llegar
a la gente.
El gran
acierto de Carlos Granés Maya, escritor colombiano con doctorado en
antropología social por la universidad Complutense de Madrid, es la manera en
la que lleva al lector a través de esos caóticos pero fascinantes cien años, de
manera lineal pero abriendo algunas tangentes el autor da saltos al futuro o al
pasado, lo que permite contextualizar por qué sucede algún evento o sucederá
tiempo después, la forma en la que fue capaz de hacer un ensayo de casi 500
páginas algo entretenido que nunca pierde fuerza ni coherencia, la relación de
artistas que nunca se conocieron y que vivieron en épocas muy diferentes, y,
quizá, la más importante: la manera en
la que el arte influye en la sociedad y viceversa. Mientras el arte y los
artistas son parte fundamental del libro, la situación política, los eventos
sociales como las revueltas en Estados Unidos o las lucha contra las dictaduras
latinoamericanas también son parte fundamental del libro y factor esencial para
entender cómo es que hoy estamos donde estamos.
Desde
el Futurismo, la literatura y la educación alternativa del Black Mountain
College; pasando por la generación beat y los panteras negras; la revolución
psicológica con el LSD y el nacimiento de los happenings, hasta llegar al
temido Posmodernismo, la apatía de finales de siglo y eventualmente llegar a
movimientos sociales recientes como el de Los Indignados en España, todo esto
tratado de una manera lógica y coherente que permite ver cómo los primeros
movimientos se relacionan con lo más recientes. Un libro que permite encontrar
ese sueño de transformar el mundo a través del arte y mirar cuáles son las
consecuencias y la importancia de continuar con ese trabajo.
sex
pistols culturaGéneros musicales como el punk pueden entenderse aun con más
complejidad después de entender manifestaciones de los años cincuenta.
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