EL ORIGEN DE TODO EL FRACASO EDUCATIVO
Creo no equivocarme esta vez si señalo como
problema central de la educación en todos los órdenes, materias y niveles, el
de la comprensión lectora de textos. Nuestros alumnos en buena
medida no entienden lo que leen, hecho que confirma el informe PISA en todos los países
estudiados y situación que se agrava en España por los peores resultados
obtenidos. Se estima que en 2006 un 25,7 de los estudiantes españoles de la ESO
no conseguían descifrar el sentido de un texto sencillo. Esto son estimaciones
globales, pero sin duda la situación ha ido a peor y en los niveles en que se
mueve en general la escuela pública en sectores más difíciles es posible que
esta cifra aumente al 70 u 80% según señalan las pruebas de Evaluación diagnóstica pasadas en nuestro centro y
de las que di cuenta hace unos días.
Nuestros alumnos no entienden lo que leen en
formato papel o digital, y no es que no sepan leer. Conocen la
mecánica de la lectura y son capaces de articular (más o menos bien) la lectura
oral de un texto, pero leer no es comprender. Un texto es una serie
de oraciones articuladas en párrafos y secciones que tienen una determinada
intención comunicativa. Si nuestros alumnos solo acceden a la lectura mecánica,
es imposible que puedan entender la globalidad del texto y sacar inferencias.
Y es que leer es un acto más complejo de lo que
parece y nuestra relación con el texto es más intrincada de lo que cabría
suponer. Entender un texto supone:
Primero, ser capaces de concentrarse en
el acto de lectura abstrayéndose de lo que rodea (hecho muy preocupante porque
cada vez es más difícil la abstracción en una tarea concreta y menos en la
interiorización de un texto escrito).
Segundo, entender el léxico que
contiene, un problema cada vez mayor porque parece que se reduce la competencia
lingüística en este sentido: cada vez son necesarias menos palabras para un
hablante medio. Podríamos preguntarnos cuántas palabras dominan nuestros
alumnos a nivel de tercero de ESO. Puedo hacer una estimación de
trescientas o cuatrocientas, no más. Esto se agrava en alumnos inmigrantes,
pero la realidad lingüística de los nativos no es muy superior.
Tercero, ser capaces de entender las
relaciones anafóricas (uso pronominal) y la conexión entre las oraciones
mediante los conectores lógicos (cópula, adversatividad, consecuencia,
causalidad...)
Cuarto, conseguir sintetizar el texto
en ideas centrales o nucleares y ponerlas en relación con lo que saben y su
propia vida.
Quinto, captar el sentido global y
lograr extraer conclusiones y reflexiones personales.
No cabe duda de que sin estos requisitos un texto
leído no es comprendido. Y somos conscientes de que esto queda a años luz de la
realidad de nuestros alumnos que sudan ante un texto periodístico sencillo
sobre el que se les pide unas preguntas que centren el texto y lo resuman así
como sobre la comprensión global del mismo.
Este año soy profesor en dos cursos de tercero de
ESO que han obtenido bajísimos resultados en las pruebas de comprensión
lectora y expresión escrita (capacidad de organizar y
exponer ideas). Me doy cuenta de lo grave de la situación. Por ello, he
decidido reorientar el currículum en un noventa por ciento a
reforzar las habilidades comprensivas mediante ejercicios sistemáticos y
semanales de comprensión y expresión oral y escrita en base a textos
periodísticos y literarios. Mediante estos textos se les obligará a intentar
decodificar el sentido global de los mismos por medio de resúmenes en 50
palabras o incluso en la dimensión de twitter (140 caracteres), responder a
preguntas básicas sobre el significado del mismo que llevará en otras preguntas
a que establezcan relaciones con su propia vida y su conocimiento de la
realidad.
Estos ejercicios son difíciles, soy consciente, y
los resultados serán bajos, pero son preferibles a mi juicio a todo tipo de
exámenes en que se les pida memorizar datos que no entienden, así como a los
niveles morfológico o sintáctico que aborda la gramática. En estas
pruebas semanales y sistemáticas de comprensión lectora tendrán que ejercitar
la concentración y afinar su capacidad expresiva para exponer las ideas del
texto en relación a su realidad concreta.
Otro día de la semana lo emplearemos en ejercicios on
line tipo CLOZE, que llevan a colocar palabras de una base en huecos
de un texto que hay que rellenar. Hay ejercicios muy interesantes en Aula de letras.
Pienso que solo poniendo en
fuerte tensión el lenguaje de nuestros alumnos podremos atacar de raíz este
problema al que no se está dando ninguna importancia al menos en los sectores
que yo tengo más cerca. Pero yo lo considero nuclear, tanto que yo diría,
como he escrito arriba, que es el problema central de todo el sistema
educativo.
Jocelu
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