Arte fundamental del sentirse bien tiene que ver con la mente,
de hecho los pensamientos y el diálogo interior están directamente relacionados
con las emociones que puedas sentir.
En este sentido tienes poder para
estimular sentimientos que apoyen tu bienestar, guiando tu atención hacia
aspectos positivos de la vida. Mente y cuerpo están
directamente vinculados, siendo de especial importancia para el bienestar
físico la suma de estados emocionales y la forma cómo sean manejados.
El tener una buena salud mental te capacita para
funcionar bien en la vida cotidiana, a la vez que percibes el mundo de forma
constructiva; esto hace que sientas confianza para enfrentar desafíos,
aprovechar oportunidades y disfrutar la vida.
Inspiradas por el mes de la salud mental, compartimos contigo una guía
con acciones útiles para que logres tu bienestar psicológico y emocional.
·
Dormir bien. Esto es muy importante, pues el dormir restaura
mente y cuerpo. Vete a la cama a la misma hora todos los días. Practica hábitos
que te ayuden a tener un sueño reparador para evitar sensaciones de cansancio,
confusión o ansiedad durante el día.
·
Refréscate y descansa. Permítete experimentar momentos de descanso estando despierta, por
ejemplo mirando las nubes u observando un paisaje y dejándote llevar. Que tu
mente vuele tranquila. Sueña despierta. Puedes agregar otras formas de
meditación, todas ayudan a este propósito.
·
Comparte intereses. Aprovecha aquel hobby o área que te entretiene, entusiasma y apasiona.
Únete a grupos de personas a quienes les atraiga lo mismo, comunícate y escucha, participa. Esto ayuda a crear un
sentimiento de pertenencia.
·
Disfruta. Date tiempo para expresar espontaneidad, como la de un niño. Incentiva
momentos de creatividad, asombro y curiosidad. Acaricia tu mascota, comparte un
juego de igual a igual con tus hijos, baila a tu manera, siéntete libre.
·
Vive el presente. Participa del momento al máximo. Hazte consciente de los aromas,
colores, texturas y sensaciones. Siente el calor del sol al rozar tu piel, las
caricias y el aroma de las burbujas de jabón al lavarte las manos, la suavidad
e inocencia de tu mascota al acariciarla.
·
Involúcrate con otros. Alimenta tus relaciones , está atenta a personas afines. Apoya,
comparte, hazte presente cuando te necesiten. Ayúdense a buscar soluciones,
lloren, rían y disfruten juntos.
·
Pide y acepta ayuda. Más allá de circunstancias personales, siempre hay momentos donde
requerimos la asistencia de otra persona para solucionar un problema. Por eso
cuando necesitamos guía, apoyo y orientación extra, es importante que estemos
dispuestos a pedirlos. Puede ser tan sencillo como pedir un abrazo, llamar a un
amigo para que cuide a los niños cuando tengas una cita médica, o acudir a un
terapeuta especializado en el área que quieres mejorar.
·
Realiza actos de generosidad. Da las gracias a esa persona a quien tienes que agradecer; una sonrisa
acogedora a quien está triste; un abrazo cálido a quien está asustado; haz
voluntariado. Nada es pequeño al expresar amor.
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Libera estrés. Aparte de descansar y meditar, ayuda hacer ejercicio, disfrutar de la
naturaleza, bailar, cantar, reír a carcajadas, practicar sexo. Elije las
actividades que sean de tu gusto personal y realízalas a diario.
·
Cuídate bien, ámate. Date apoyo. Energízate . Todos los días procura comer sanamente,
descansar lo suficiente, mover tu cuerpo. Estimula buenos pensamientos, está
atenta a las soluciones y a las personas positivas. Reconoce y ensalza los
actos generosos y los avances positivos logrados en el mundo cada día.
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