El humor puede ayudar a educar a los niños en la etapa preescolar,
pues hace una importante contribución al desarrollo de las competencias de los
niños, revela un reciente estudio elaborado por el área de psicología de la
Universidad Pontificia Javeriana de Bogotá.
“La educación se ha vuelto ‘aburrida’. Se ha centrado en competencias
y necesidades cognitivas e intelectuales que han descartado otras dimensiones
importantes de la vida que también pueden contribuir a ser exitoso, no
solamente en el colegio, sino en la vida. Y una de esas variables que poco se
han analizado tiene que ver con el sentido del humor”, dice Milton Eduardo
Bermúdez, director del laboratorio de psicología de la universidad y coautor de
la investigación.El estudio se hizo con 120 niños de diferentes colegios de
Bogotá, de estratos 2, 3 y 4, que tuvieran buen rendimiento académico, y se
evaluaron tres dimensiones que, según los investigadores, están asociadas al
desempeño académico infantil: comprensión social, comprensión emocional y
humor.
Según la muestra, el 31 por ciento tenía buena comprensión emocional
(autorregulación), y el 26, buena comprensión social. Además, el 51 por ciento
poseía buena capacidad para identificar el humor. “Evaluamos no solo que el
niño reconociera la situación humorística, sino en qué radicaba. Se usaron
chistes gráficos. La base era que el niño descubriera que había una
incongruencia. Como, por ejemplo, que reaccionara viendo un elefante sentado en
la rama de un árbol”, explica Bermúdez.
“Fue claro en el estudio que más de la mitad de los niños con buen
rendimiento tenían una alta capacidad para comprender el humor”, agrega.
En el aula
La investigación sugiere pensar en intervenciones en las que el humor
emerja y aporte al aprendizaje de los niños, no solo académico, sino cognitivo,
intelectual y social.
Esto supone, afirma Bermúdez, retomar más el juego, incluir aspectos
más relajados de la interacción entre profesor y alumno. Y aprender para la
vida. “Por ejemplo, saberme las tablas de multiplicar no me garantiza ser exitoso
en la vida. Pero si aprendo a reírme de una situación, esto me ayudará en
momentos adversos”, explica.
Para Jesús Fernández Solís, doctor en pedagogía, licenciado en
filosofía y letras y cofundador de www.humorpositivo.com, “el humor positivo se
caracteriza por ser inofensivo y nos hace crecer y madurar como personas”.
Según él, es importante implementar este humor en el área de la
educación porque “genera estabilidad emocional, pues la tarea de educar es
difícil y complicada. No cabe duda de que el humor es una llave maestra que
abre las puertas de la creatividad y la imaginación a través de talleres, la
elaboración de materiales, el diseño de dinámicas y ejercicios divertidos”.
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