Aquí resulta importante, porque ayudará a precisar el objeto de estudio del presente
trabajo de investigación, al analizar los medios didácticos,
identificar los siguientes elementos:
- El sistema de símbolos (textuales, icónicos, sonoros)
que utiliza. En el caso de un vídeo aparecen casi siempre imágenes, voces,
música y algunos textos.
- El contenido material (software), integrado por los
elementos semánticos de los contenidos, su estructuración, los elementos
didácticos que se utilizan (introducción con los organizadores previos,
subrayado, preguntas, ejercicios de aplicación, resúmenes, etc.), la forma de
presentación y el estilo... .. En definitiva: información y propuestas de
actividad.
- La plataforma tecnológica (hardware) que sirve de
soporte y actúa como instrumento de mediación para acceder al material. En el
caso de un vídeo el soporte será por ejemplo un casete y el instrumento para
acceder al contenido será el magnetoscopio.
- El entorno de comunicación con
el usuario, que proporciona unos determinados sistemas de mediación en
los procesos de enseñanza y aprendizaje (interacción que genera, pragmática que
facilita...). Si un medio concreto está inmerso en un entorno de
aprendizaje mayor, podrá aumentar su funcionalidad al poder aprovechar algunas
de las funcionalidades de dicho entorno. (Pere Marqués: 2011)
La distinción anteriormente
expresada permite precisar que el objeto de
estudio es un “entorno digital”, pues su propósito es proporcionar un determina sistema de mediación en los procesos de enseñanza
y aprendizaje.
En la formación profesional los docentes del siglo XXI preparan sus clases y elaboran sus materiales
de enseñanza directamente en entornos y formatos digitales. La casi
omnipresente tecnología basada en Internet, y especialmente de la Web, ha
facilitado la distribución directa e inmediata a través de medios como el
correo electrónico, servidores departamentales, páginas web personales de
profesores o asignaturas, y cada vez más, mediante sistemas y entornos
virtuales de apoyo a la docencia y el aprendizaje.
Estos medios de
distribución digital han supuesto una mejora evidente en cuanto a la rapidez y
eficacia en la transmisión de materiales, si bien no están exentos de
limitaciones respecto a las posibilidades de difusión y acceso a los recursos,
y plantean dificultades en el almacenamiento, permanencia, preservación y
gestión de derechos de los contenidos de enseñanza y aprendizaje.
Los materiales
digitales de enseñanza y aprendizaje generados o seleccionados por el docente,
en muy pocas ocasiones se difunden a mayor escala que la de cada asignatura o
curso, estableciéndose relaciones bilaterales profesor-alumno que no facilitan
su reutilización. Los docentes o grupos de docentes son los que mantienen el
control exclusivo sobre sus materiales, los almacenan en plataformas de
aprendizaje en línea, discos duros personales o colectivos, o servidores web, y
en general, ofrecen un acceso restringido y limitado en el tiempo (Davis, 2010,
citado en Bueno de la Fuente 2011).
Es digno de destacar que, pese a que aún sigue existiendo docentes
que se reúsan o no se resignan a
utilizar TICs en su tarea pedagógica, cada vez son más los que ya han dado el
paso y están empezando a producir recursos digitales, aunque en la mayoría de
los casos aún hay mucho terreno por recorrer para lograr que dicha producción
tenga la calidad pedagógica y tecnológica suficientes.
Casos ilustrativos de lo antes dicho son, por ejemplo, los sitios
Web personales de profesores –generalmente producto del esfuerzo personal y
desarrollados sobre una base empírica, no sistemática– que a pesar de que
muchos de éstos permiten su acceso público, sus páginas no suelen tener una
difusión muy amplia, sus direcciones físicas o URL son poco conocidas, y rara
vez son enlazadas desde otros sitios Web, por lo que su visibilidad en
buscadores es limitada.
Estas Web
docentes suelen ser muy inestables, se quedan rápidamente obsoletas, se
producen cambios frecuentes en su URL, e incluso se suprimen. En las
plataformas de aprendizaje en línea, la permanencia de los materiales también
es escasa y poco controlada: los materiales se renuevan o no cada curso
académico a decisión del docente, y dependiendo de sus necesidades puntuales en
los distintos cursos académicos, o de los cambios en su relación con la
asignatura en cuestión (cambios de profesor en una asignatura, e incluso cambio
de institución del docente). Para los alumnos, una vez que una asignatura
finaliza, se suele terminar su vinculación con la misma, perdiendo el acceso a
los contenidos y viendo interrumpida la comunicación y la posibilidad de interacción
y autoaprendizaje. (Bueno de la Fuente 2011).
Los docentes están realizando una importante inversión en tiempo y
esfuerzo en la creación, mantenimiento y distribución de materiales digitales
educativos, sin embargo, en las instituciones educativas no existe aún una
práctica generalizada que aborde el almacenamiento, organización, difusión y
preservación de los recursos de docencia y aprendizaje digitales producidos por
su comunidad académica.
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