Glosa. Los
versos de una estrofa inicial se van comentado al final de cada una de las que
siguen, de modo que en cada estrofa se glosan uno o dos versos de la primera,
que van al final de la que les corresponde.
Ejemplo:
Amapolita morada
del valle donde nací,
si no estás enamorada
enamórate de mí.
Aduerma el rojo clavel
o el blanco jazmín las
sienes;
que el cardo es solo desdenes
y solo furia el laurel.
Dé el monacillo su miel,
y la naranja rugada,
y la sedienta granada,
zumo y sangre, oro y rubí,
que yo te refiero a ti,
amapolita morada.
Alfonso reyes
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