Víctor Frankl
Si el sentido es lo que buscamos, el sin sentido
es un agujero, un hueco en tu vida, y en los momentos en que lo sientes,
necesitas salir corriendo a llenarlo. Victor Frankl sugiere que uno de los
signos de vacío existencial en nuestra sociedad es el aburrimiento. Las
personas con frecuencia, cuando al fin tienen tiempo de hacer lo que
quieren, parecen no querer hacer nada. La gente entra en pasividad cuando se
jubila; los estudiantes se emborrachan cada fin de semana; nos sumergimos en
entretenimientos pasivos lo que llama neurosis del domingo.
De manera que intentamos llenar nuestros vacíos
existenciales con “cosas” que aunque producen algo de satisfacción, esperamos que
nos den una última gran satisfacción: podemos intentar llenar nuestras vidas
con placer, comiendo más allá de nuestras necesidades, teniendo sexo promiscuo,
dándonos “la gran vida”. O podemos llenar nuestras vidas con el trabajo, con la
actividad creativa, con la ayuda a los demás.
"Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo
la última de las libertades humanas; la elección de la actitud personal para
decidir su propio camino”.
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