GUIA PARA EL ANÁLISIS LITERARIO DE OBRAS II
VERSOS CASTELLANOS
Atendiendo al
número de sílabas, los versos se dividen en versos de arte menor y versos de
arte mayor. Los de arte menor tienen de dos hasta ocho sílabas, y los de arte mayor
de nueve en adelante. Verso de pie quebrado es aquel más corto que los
restantes de la estrofa; suele ser un hemistiquio del verso empleado.
BISÍLABO.
Lleva el acento en la primera sílaba. Cuando se suceden varios bisílabos en
serie se obtiene un ritmo de troqueo.
Noche Aire,
triste cielo,
viste suelo,
ya. mar. G. Gómez de Avellaneda
TRISÍLABO. El
verso de tres sílabas carga el acento en la segunda, dando origen a un ritmo
anfíbraco; el ritmo de una serie de trisílabos resulta dactílico.
Tal dulce en blando
suspira concento
la lira del viento
que hirió la voz. Espronceda
TETRASÍLABO.
Lleva acentuadas la primera y la tercera sílabas. Sirve de auxiliar del
octosílabo como pie quebrado, son los versos más cortos que se utilizan en
español.
Recuerde el
alma dormida,
avive el seso
y despierte,
contemplando
cómo se pasa
la vida,
cómo se viene
la muerte
tan callado. Jorge Manrique
PENTASÍLABO.
Lleva el acento en la primera y cuarta sílaba, o en la segunda y cuarta.
Cielos azules,
nubes de
nácar,
limpios
celajes
de oros y de grana. Selgas.
El pentasílabo es usado de preferencia, en combinación
con otros versos. Hallándosele formando el pie quebrado del heptasílabo, como
verso auxiliar del endecasílabo y libremente combinado con otros versos.
HEXASÍLABO. Con los acentos en las sílabas impares o
en la segunda y en la quinta. Se emplea bastante combinado con otros versos más
largos.
¿Vuelve el
polvo al polvo?
¿Vuela el alma
al cielo?
¿Todo es vil
materia,
podredumbre y cieno? Bécquer.
HEPTASÍLABO. Lleva acentuadas la segunda y la sexta
sílabas. Otros la primera y la sexta. Se emplea unido a versos de once sílabas en
poesías cultas. Combinado con pentasílabos tiene un ritmo popular y forma la
seguidilla.
Yo vi sobre un
tomillo
quejarse un
pajarillo,
viendo su nido
armado
de un labrador robado. Villegas
OCTOSÍLABO. Llamado también verso de arte real, último
de los versos de arte menor, y verso de redondilla mayor, es el verso más
genuinamente español y el más popular. Se le emplea en todos los géneros, posee
la agilidad de todo ritmo popular y ha perdurado ininterrumpidamente a través
de toda la literatura española. Los acentos de este verso pueden repartirse de diversas
maneras, pero el de la séptima sílaba es esencial y sobre él se apoya el ritmo
del verso.
A mis
soledades voy,
de mis
soledades vengo,
porque para
andar conmigo
me bastan mis pensamientos. Lope de Vega
ENEASÍLABOS. Éste es el primero de los de arte mayor.
Cuenta con cerca de treinta variantes, si se consideran sus posibles acentos
prosódicos. Fuera de la octava sílaba, no tiene otra fija para acentuar. Se
emplea en las danzas, poco armonioso y no muy utilizado en la versificación
española.
Juventud,
divino tesoro,
ya te vas para
no volver;
cuando quiero
llorar no lloro
y a veces lloro sin querer. Rubén Darío
DECASÍLABOS. Hay dos clases de versos de diez sílabas:
los bipartitos o compuestos, constan de dos hemistiquios de cinco sílabas cada
uno, con acentos en la sílaba cuarta y novena; y los no bipartitos o simples,
no llevan cesura y suelen tener sus acentos en las sílabas tercera, sexta y
novena.
Yo soy
ardiente, yo soy morena,
yo soy el
símbolo de la pasión;
de ansia de
goces mi alma está llena.
¿A mí me buscas? –No es a ti, no. Bécquer
ENDECASÍLABO. Es el verso más largo que tenemos en
castellano, representa la cima del sistema rítmico, es el metro heroico por
excelencia. El llamado endecasílabo propio lleva el acento en la sexta y décima
sílabas. El sáfico, en la cuarta, octava y décima. El de gaita gallega es un
endecasílabo de origen popular, lleva acentuadas la primera, cuarta, séptima y
décima sílabas.
Cosas
misteriosas, trágicas, raras,
de cuentos
oscuros de los antaños,
de amores
terribles, crímenes, daños,
como entre vapores de solfataras. Rubén Darío
DODECASÍLABO. Consta de dos hemistiquios iguales y
lleva cuatro acentos fuertes en las sílabas dos, cinco, ocho y once. otra forma
es la compuesta de dos versos de siete más cinco sílabas; es el metro de la
seguidilla, empleado como verso largo. Otra más, la compuesta de dos versos de
ocho más cuatro sílabas. Una última de cinco más siete.
Metro mágico y
rico que al alma expresas
llameantes
alegrías, penas arcanas,
desde en los
suaves labios de las princesas
hasta en las bocas rojas de las gitanas. Rubén Darío
TRIDECASÍLABO. Verso poco usado en castellano, dada su
difícil distribución en hemistiquios, ha sido empleado por románticos y
modernistas.
En el jardín
hay un olor de primavera,
himnos de
zumbos en el viejo colmenar.
Ven a fundirte
en las plegarias del paisaje
y en los milagros de la fe crepuscular. González Martínez
ALEJANDRINOS. Consta de catorce sílabas, con dos
hemistiquios iguales de siete cada uno. Se empleó en abundancia para cantar al
guerrero Alejandro, conoció su mayor esplendor en el mester de clerecía. Rubén
Darío le dio una nueva acentuación rítmica, colocando el acento principal en la
tercera y sexta sílabas de cada hemistiquio, haciéndolo más dúctil.
Lanzóse el
fiero bruto con ímpetu salvaje,
ganando a
saltos locos la tierra desigual,
saltando de
los brezos el áspero ramaje
a riesgo de la vida de su jinete real. Zorrilla.
PENTADECASÍLABO. Tampoco es éste de los versos que se
emplean mucho en castellano. El dactílico lleva los acentos en la segunda,
quinta, octava, undécima y decimocuarta sílabas. Otros se componen de dos
hemistiquios desiguales, uno de seis sílabas y otro de nueve, o bien uno
heptasílabo y otro octosílabo. O bien son la suma de tres pentasílabos.
Soné en un
verso vibrante y prócer, almo y sonoro,
diáfano y
vasto como los mares que agita el viento,
y en cuyas
calmas, si duerme dócil, el firmamento
refleja estrellas, lívidas lunas, soles de oro. González Martínez
HEXADECASÍLABO. Formado por dos hemistiquios de ocho
sílabas cada uno, trocaicos o dactílicos, pueden tener diferente acentuación.
A las doce de
la noche, por las puertas de la gloria,
y al fulgor de
perla y oro de una luz extraterrestre,
sale en
hombros de cuatro ángeles y en su silla gestatoria,
San
Silvestre.
Rubén Darío
VERSOS DE MÁS DE DIECISEIS SILABAS. Algunos
modernistas han conseguido versos de diecisiete, dieciocho, veinte y hasta
veintidós sílabas, pero han tenido que ser merced a la repetición de un pie
silábico o a la suma de dos o más versos cortos en forma de hemistiquios más o
menos disimulados.
Verso de veinte sílabas.
Siempre aguijo
el ingenio a la lírica y él en vano se asoma
a buscar a la
flor del deseo vaso digno del puro ideal.
¡Quién hiciera
una trova tan bella que al espíritu fuese un aroma,
un ungüento de suaves caricias con suspiros de luz
musical! Díaz Mirón
Actividad de tarea:
Presentar la métrica de dos poesías completas, además la métrica de una poesía que contenga pie quebrado.
Hola Ale, buena tarde, recuerda etiquetar tu entrada. del lado derecho de la pantalla cuando estas escribiendo aparece un icono y junto a él la palabra Etiquetas, le das ahí y seleccionas tu nombre para que aparezca tu entrada en tu nombre y sobre todo registrada!!!!!
ResponderEliminarHola chicos, Enrique fíjate a las mías por favor haber si están bien si ????
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